... Rouge...
Adoro escuchar esas historias en donde me ponen como una fabulosa hechicera o una gitana, donde al ritmo de mis caderas seduzco a los hombres y con el simple roce de mis labios quedan perdidos para siempre…
Esas historias fascinan mi imaginación, el saber que sin importar lo que haga perdurara en mí la esencia mística, ese toque de sensualidad y de prohibición, que invariablemente atrae a quien lo mira. Supongo que por eso soy el objeto de tantos conflictos… no pueden tenerme cerca y aceptar que yo decido.
Estos días me he encontrado con la noche tantas veces, he mirado a la luna mucho más de lo que suelo hacerlo y me he recostado en el césped a solo escuchar el sonido del viento a mi alrededor. He estado en brazos de hombres, he deseado a unos y otros simplemente han perdido su encanto; Todos hablan conmigo de la misma cosa, de lo fascinante y seductora que es mi sonrisa, de la maravillosa fuerza que despide mi mirada, de la intensidad de mi persona.
Sin embargo confieso que me siento fascinada con uno de ellos, uno que dice tanto y tan poco, al que sonreír del todo lo inquieta; mantiene mi atención en él al tope y siempre parece indiferente ante mí, eso me encanta.
Se vuelve algo que deseo tener y tendré, invariablemente será así; lo cautivaré con mis ojos y mi mirada profunda e intensa, seduciré su mente con mis palabras y cuando estemos en la misma habitación aunque esta se encuentre repleta de gente, lo atraeré con una danza suave y cadenciosa, llegara a mi lado y sin decir palabra alguna, pondrá sus manos en mi cintura desnuda y me acercara a él, me platicara al oído momentos que desea vivir, hablara en un susurro de siluetas marcadas en sabanas blancas y cuando lo haga, sabrá que justo eso es lo que deseo.
Por ahora solo miro por la ventana y contemplo como mi cuerpo se eriza ante la brisa cálida que roza mi piel helada, sonrió ante esta imagen en mi mente… y escucho como el viento me habla al oído...
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