...Rouge...
Supongo que era una de esas noches en las que quería saber por qué a las mujeres les cuesta tanto ver el sexo desde la perspectiva de los hombres.
Era una de esas noches, en las que a pesar de los insistentes y bastantes predecibles mensajes que llegan o las llamadas fuera de horas, decidí quedarme en casa. Abrigada en una deliciosa bata de algodón, que se pega a mi cuerpo dejando que mi silueta se dibuje en ella; miraba la oscuridad de la noche sentada en el alfeizar de la ventana, cuando algo llamo mi atención en el reflejo del cristal, di la vuelta y ahí estaba, mi adorada y maravillosa compañera de las noches, callada pero atrevida, ataviada con ropajes de color blanco, inerte pero tan llena de vida… Mi cama.
Ya sé, supongo que pensar en una cama como algo más que un objeto debe ser difícil para muchas personas, pero para mí es tan simple como que ese objeto ha compartido conmigo mis momentos más intensos… y estoy segura de que sí contara lo que sabe, podría entretener al mundo con sus memorias.
Mi cama a escuchado como mi alma se desgarra y sabe el momento preciso en el que pasa, ha escuchado como mis gritos desgarran el silencio o como los sonidos de placer saturan el ambiente, que se antoja dulce y cadencioso, apasionado y cargado de energía; ella lo sabe todo…
En ella he experimentado cosas nuevas, atrevidas, pecaminosas; ha escuchado mis risas desde el fondo del alma; sentido como otras vidas se mezclan con la mía, olido las más dulces fragancias y tocado mipiel en tantas formas y maneras
Me ha dado tanto y me pide tan poco…
Camino hacia el estéreo y pongo una música suave… miro el reloj y veo que la media noche está acercándose, el celular suena de nuevo con el ya conocido mensaje… nada, que no pueda esperar… esta noche me dejare embriagar con los pensamientos y recuerdos, reviviré en mi mente las escenas que merecen ser acariciadas de nuevo, soñare despierta y si es posible mañana con más calma… lo haré realidad.
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