Una historia… dos mujeres… dos relatos
La otra noche miraba la luna por la ventana y recibí una llamada de un caballero invitándome a salir un rato con él, para no alargar la historia en detalles innecesarios diré que terminamos en su habitación de hotel y que fue muy breve el tiempo en que permanecimos distantes, alejados; podía sentirse la tensión sexual en el ambiente, casi podría jurar que se volvía como una densa nubla alrededor de las dos figuras recostadas en la cama, mi piel helada como siempre sorprendió al tímido caballero, que rápidamente se dio a la tarea de “darme un poco de calor”, algo que después de un rato se volvió algo que en verdad realizo.
He de decir que mi mente estaba segura de que podía escuchar sus pensamientos viajando a mil por hora, con la necesidad de descifrar mis deseos , mi sonrisa siempre se mantuvo en su lugar, sintiendo su respiración cada vez más cerca de mis labios y de mi piel. Recuerdo que intentaba relajar su nerviosismo, su ansiedad, retaba a su mente para hacer a un lado esas ideas totalmente innecesarias, acercarse y permitirse vivir una experiencia única….
Sorpresivamente sus labios se toparon conmigo (lo que francamente es una manera bastante sutil de expresar las cosas) y un torrente de energía envolvió la habitación, los momentos a partir de ahí se volvieron un cúmulo de experiencias y de sensaciones, estoy consciente de que con cada caricia su mente se iba a alejando mas y mas de el lugar en el que nos encontrábamos y la mía una vez más guardaba datos que podrían serme útiles en un próximo encuentro, uno que me quedaba más que claro … y hoy me parece más evidente … tiene posibilidades de ocurrir…
...Rouge...
Lo que sucedió a partir de aquí… no sé cómo expresarlo, honestamente suelo tener y mantener a los hombres en una tensión sexual permanente y este no era la excepción, pero nunca hubiera imaginado que disfrutara tanto dejar el tiempo pasar sin hacer nada (reprimirse así cuando todo su cuerpo le gritaba cosas no ha de ver sido fácil), yo me debatía entre tomar el control o dejarle ser y permitirle moverse a su tiempo y su ritmo, Siendo justa con el ego… permití que el decidiera que movimiento seguía…
Con cada beso, cada caricia, disfrutaba tenerlo embriagado, escucharlo hacer sonidos de los que no parecía hacer ningún registro, su piel hirviendo en contraste con la temperatura de la mía, la fuerza de ritmo cardiaco, su respiración acelerada, todo eso me recordaba sensaciones intensas, sus labios recorriendo mi cuello hacían que la sangre se agolpara en el punto que sus labios tocaban y mi mente descifraba cada caricia… hacia anotaciones, vagaba pensando en actividades interesantes a realizar, y para ser realista… una parte de mí trataba de no perder la conexión del momento… lo que me cuesta trabajo porque mi mente parece llevarme a lugares lejanos…
Según las caricias se hacían más profundas, mi cuerpo comenzaba a tornarse mas cálido, mi espalda se erizaba y arqueaba, dejando más libertad a sus manos para actuar y recorrerme a placer… sin embargo siendo más realista, pocos son los hombres que pueden tenerme en el primer intento y el no iba a ser la excepción, así que voltee mi rostro para mirar el reloj y simplemente le dije que la hora de irme había llegado… acerque mi rostro al suyo le di un profundo y muy largo beso, me puse los tacones , tome mi bolso y me marche, aun con la cabeza un poco nebulosa y sabiendo que un hombre luchaba contra el impulso de detenerme, mientras la puerta se cerraba detrás de mí y veía como silueta se alejaba a cada paso de sus manos….
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