Anoche sin decir nada, y aprovechando la oscuridad que me rodeaba, salí sentarme a la orilla de la alberca a meter los pies al agua, a veces me hace falta…
A pesar de la temperatura de mi piel, helada como siempre, siento como si hirviera por dentro, entre deseos y ganas, todo contenido, porque su mirada dice que no es momento de hacerlo, pero el rozar de su piel aunque sea por unos segundo me mata y me revive; y es que me he convencido que la prudencia, que suele no acompañarme es lo mejor para esta ocasión, sin embargo la noche me traiciona, casi siento sus manos sobre mi cuerpo, muero porque sin pensarlo se deje de timideces y se atreva a tocar mi piel, a decirme sin palabras y solo con el tacto que desea sentirme, así más cerca, suavemente, intensa, profundamente.
Mis labios se han contenido tantas veces para darle un beso , ir avanzando lenta y suavemente por su mejilla y descender hacia su cuello, apenas rozando su piel con mis labios, hacerlo sentir la textura de estos y el calor que son capaces de transmitir en una caricia tan suave y delicada.
Ahogo un suave gruñido de frustración, ¿Por qué demonios hay que ser prudentes?, la vida es tan corta y debería aprovechar cada segundo que tengo de ella para experimentar y sentir; y sin embargo otra parte me lo pide, mi cerebro trata de controlar a la fiera que está queriendo desatarse. ¿Cómo seducir a un hombre lenta y suavemente cuando controlarte se te hace casi imposible?
Miro mis pies que lucen mas blancos dentro del agua y si pensarlo demasiado me deshago de la única prenda que me cubre y me dejo caer, dejando que me envuelva, toda por completo, vacio mi cuerpo de aire y dejo que este toque el fondo de la alberca, y por uno segundos esas ansias locas de recorrer su piel y dejar que lo haga conmigo, parecen calmarse, pero no demasiado, el agua parece quemarme al tocarme, salgo de nuevo a la superficie y el viento, me hace tiritar; los deseos de que llegue y abrace mi cuerpo con sus manos y se pierda en él, regresan.
Me recuesto sobre el piso que cubre la orilla de la alberca y aspiro tanto aire como me es posible, acaricio mi cuerpo con las manos y las dejo recostada en el punto más débil que mi cuerpo tiene y sonrió ampliamente, mientras toda mi piel se eriza, mi mente se siente en paz y mi cuerpo que aun desea ser estar impregnado de su esencia se calma un poco…
… Sabe que la paciencia será bien recompensada…
Seducir es un arte y yo soy experta en eso
… Solo es cuestión de tiempo.